La salud mental es una de las dimensiones esenciales de la salud integral, que se define desde el Ministerio de Salud y la Protección Social como: “un estado dinámico que se expresa en la vida cotidiana a través del comportamiento y la interacción de manera tal que permite a los sujetos individuales y colectivos desplegar sus recursos emocionales, cognitivos y mentales para transitar por la vida cotidiana, para trabajar, para establecer relaciones significativas y para contribuir a la comunidad”.
Con esta visión, las interacciones con el contexto, así como la diversidad de determinantes (biológicos, de estilos de vida, ambientales, culturales, etc.) influyen notoriamente en las emociones, en las formas de pensar y en el bienestar general como lo es el ambito laboral.
Es necesario hacer una diferenciación entre los problemas mentales y el trastorno mental porque este último presenta una sintomatología más severa y consecuentemente genera mayor disfuncionalidad psicosocial que, a su vez, incrementa las posibilidades de sufrir un accidente en el trabajo.
El Ministerio de Salud también hace un llamado para que la comunidad laboral implemente acciones para prevenir problemas y trastornos mentales en su entorno:
• Desarrollar y optimizar estrategias de comunicación para difundir entre los trabajadores información sobre factores protectores de la salud mental y estilos de vida saludables.
- Implementar procesos de educación enfocados en desarrollar habilidades de estilos de dirección para quienes manejan equipos de trabajo, comunicación efectiva y asertiva, resolución de conflictos interpersonales, estrategias de motivación a los colaboradores, y liderazgo democrático.
- Generar espacios de encuentro donde los trabajadores puedan expresar tanto las cosas positivas de su trabajo, como los aspectos que consideran se pueden mejorar, con la participación de los actores involucrados y con propuestas claras y viables para esto.
- Realizar entrenamiento en estrategias para modificar reacciones de ansiedad, rabia, miedo o desagrado ante situaciones que resulten amenazadoras en el desarrollo de las actividades laborales.
- Fortalecer el autoconocimiento, empatía, comunicación asertiva, relaciones interpersonales, toma de decisiones, manejo de problemas y conflictos, pensamiento creativo, pensamiento crítico, manejo de emociones y sentimientos, búsqueda de apoyo social.
- Brindar formación en primeros auxilios psicológicos, tanto para los brigadistas de emergencias como para trabajadores interesados en el tema abordando temas como el desarrollo de capacidades para identificar y hacer el abordaje inicial de problemas y trastornos mentales, manejar situaciones de crisis como ataques de pánico, intentos de suicidio, y/o conductas violentas, entre otros.
- Fomentar el desarrollo de competencias relacionadas con tolerancia a la frustración, solidaridad, respeto y reconocimiento del otro, asertividad, empatía, solución de conflictos y otras relacionadas con el afrontamiento y la autorregulación.
• Vincular a los trabajadores en actividades deportivas, recreativas, artísticas, culturales organizadas por el empleador o en alianza con otras instituciones y sectores.
- Promover actividades para fortalecer vínculos y redes de apoyo social entre los trabajadores (como la celebración de cumpleaños y días especiales), a través de las cuales se propicien espacios para compartir experiencias y talentos, o para el manejo de emociones en relación con situaciones cotidianas de trabajo percibidas como conflictivas o estresantes.
- Implementar acciones dirigidas a la prevención del estrés laboral, mediante acciones grupales e individuales que eviten y/o disminuyan el agotamiento físico, el desgaste emocional y la alta carga mental.
- Realizar consejería a trabajadores expuestos a una alta carga mental y emocional.
- Orientar a los trabajadores para el acceso a los servicios de salud.