Este tema en particular ha generado diferentes posturas de profesionales y especialistas, acerca de cuáles deberían ser los estándares que aplican y no aplican al momento de implementar o auditar un Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo. En Dirección Efectiva preferimos entender, que justamente como lo dice su nombre “Estándares mínimos”, es justamente eso, los estándares o lineamientos básicos o mínimos que deberían tener los SGSST en las diferentes organizaciones a nivel nacional.
Es justamente este principio donde radica el núcleo de la cuestión: entender que no es solamente el estándar mínimo el que me aplica, sino los lineamientos que dicta el Decreto 1072 de 2015. Si entendemos que, lo verdaderamente importante es el Decreto 1072 y su estructura normativa, permitirá entender más fácilmente cómo hacer la correcta interpretación de estos estándares.
Por ejemplo, al hacer una interpretación de los estándares que debo aplicar, debo partir bajo un concepto muy importante como lo es ¿Cuál es el numero de empleados y proveedores en la empresa o copropiedad? A partir de ello, el número de estándares que me aplican se podrían clasificar en tres generalidades:
La suma de los obligatorios, de los que no me aplican y de los que son necesarios, da como resultado el 100% de la interpretación de los 60 estándares mínimos. ¿Qué significa lo anterior? Que no basta simplemente con hacer los estándares obligatorios, que podrían ser 7, 21 o 60 dependiendo el número de personas o del riesgo de la actividad económica que se desarrolle.
Sin embargo, lo verdaderamente importante es entender que la suma de los obligatorios, de los que no me aplican y de los que son necesarios, siempre dan el 100% de los 60 estándares. Para una Propiedad Horizontal general, por poner un ejemplo, las cuáles en 95% de las cuales no tienen trabajadores directos, es decir, son trabajadores contratados por terceros, daría el siguiente resultado:
Esta suma de 7+11+42 nos da como resultados los 60 estándares.
La suma de estos pesos porcentuales nos ayuda a que realmente podamos entender que mi sistema no funciona como un sistema absoluto. Es decir, que simplemente tengo que hacer siete estándares y ya, esto no es verdad, yo necesito contemplar también los que no debo hacer y los que son necesarios para poder llevar a cabo mi sistema.
Entender y leer cada uno de esos estándares, es entender que, según mis actividades, los debo clasificar en: obligatorio, no me aplica y es necesario. Te invitamos a seguir indagando, seguir revisando el material y a descargar el material que hemos dispuesto a continuación.
La invitación es ser más consientes sobre cómo estamos interpretando la normatividad, porque será la única forma en la que realmente cumplamos con Calidad y Seguridad, como debe ser.