El rendimiento y el buen sueño, conoce tu ciclo de energía diario
El acto de dormir es una acción inherente que todos los seres vivos realizamos y que, además, es totalmente necesaria para el buen funcionamiento del organismo. Si bien, la cantidad de horas de sueño es mayor que otras, todas deben dormir a lo largo de la jornada, ya que, con el sueño, se le da descanso al cuerpo, después de horas en que ha trabajado tanto a nivel físico como mental.
¿Qué sucede mientras se duerme?
Al dormir se activan una serie de funciones metabólicas que son imprescindibles para la salud. Por ejemplo, se reduce el consumo metabólico, la frecuencia cardíaca y baja la temperatura corporal. A nivel endocrino existen una serie de sustancias que ven modulada su secreción como las hormonas tiroideas, el cortisol o la hormona de crecimiento, todas ellas relacionadas de una u otra forma con la actividad física.
Cantidad y calidad del sueño
La calidad de sueño no sólo se refiere al hecho de dormir bien durante la noche, sino que incluye también un buen funcionamiento diurno. La mala calidad de sueño puede afectar distintos subprocesos de la atención. Está claro que también se deberá entrenar, pero para alcanzar un mayor rendimiento en cualquier actividad física es indispensable el buen descanso del cuerpo.
Entre los principales beneficios de un buen descanso, en el cuál se completan todos los ciclos del sueño, se encuentran:
- Óptima Memoria
- Recuperas energía
- Reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares
- Alivia el estrés
- Controla la secreción de varias hormonas
- Mejora el sistema inmune
- Mejora la actividad cerebral
Existen algunos hábitos que pueden ayudarte a conciliar el sueño y mantenerlo, estas son:
- Establece un horario de sueño según el ritmo de sueño que marca tu cuerpo y evita quedarte durmiendo más tiempo del necesario.
- Evita tomar largas siestas de más de 15 o 30 minutos durante el día y con un intervalo mínimo de 7 horas antes de irte a dormir.
- Establece una rutina que te permita relajarte antes de ir a la cama, ya sea leer un libro, escuchar música suave, tomar un baño caliente (para eliminar la tensión de tu músculo), etc.
- Regula tus horarios para comer y evita ingerir grandes cantidades de alimento o bebida al menos durante las 3 horas previas en irte a dormir.