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El sedentarismo en el trabajo y sus riesgos para la salud

El sedentarismo, ese estilo de vida carente de movimiento o actividad física ha venido en aumento en los últimos años, a medida que mucho procesos se han ido a la nube, haciendo que sea posible controlarlos desde un computador, siendo un desafío al momento de implementar un SST. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como sedentaria a aquella persona que realiza menos de noventa minutos de actividad física semanal, todo ello con graves consecuencias para la salud. En 1994 la OMS declaró el sedentarismo como un problema de salud en la sociedad.

Según los informes más reciente de la OMS, más de la mitad de los adultos de los países desarrollados realiza una actividad física insuficiente. La vida sedentaria resulta mucho más peligrosa de lo que imaginable e influye de la misma forma en el estado de salud como lo hace la mala alimentación, el tabaco o el consumo de alcohol. En otras palabras, puede ser letal.

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La falta de ejercicio físico predispone a sufrir sobrepeso y el «trío de principales enemigos» de la salud cardiovascular: hipertensión, colesterol elevado y diabetes. Además, se ha demostrado que las personas sedentarias suelen fumar y llevar una alimentación desequilibrada. Durante el último año, todo esto se ha incrementado debido a la pandemia y a las cuarentenas obligatorias impuestas por lo gobiernos nacionales y locales, disparando todas las cifras de los principales problemas del sedentarismo.

Uno de los factores de riesgo de mayor importancia es el sedentarismo ya que la ausencia de actividad física adecuada altera la función endotelial y favorece la aparición de otros factores de riesgo como la hipertensión arterial, diabetes, alteraciones lipídicas, sobrepeso y obesidad.


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Sin embargo, al igual que otros factores, el sedentarismo es un factor de riesgo modificable, lo que significa que la adopción de un estilo de vida que incluya la práctica de ejercicio físico interviene en la mejora de la salud de la persona sedentaria y reduce su riesgo cardiovascular. Es por ello que dentro de la implementación de los Sistemas de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) se deben incluir ejercicios y pausas activas con el fin de estirar músculos y aumentar la movilidad en general.

El sedentarismo sólo se combate con actividad física. Y, como se ha repetido en numerosas ocasiones, no se trata de convertirse en un atleta de competición. La clave está en modificar los hábitos sedentarios de vida y ocio y transformarlos de forma que se incremente nuestro nivel de actividad física y deporte. En el caso de los adultos sedentarios que llevan mucho tiempo sin hacer ningún tipo de ejercicio es conveniente que consulten a su médico: tan peligroso es para la salud no hacer nada de deporte como, en esa situación, lanzarse a un ejercicio exhaustivo y desmedido de forma aislada.

El ejercicio físico también conlleva beneficios sociales. De la práctica masiva del ejercicio físico se deriva una reducción de costos en atención sanitaria, la mejora del rendimiento escolar y a su vez la disminución del ausentismo laboral. Es importante que, a la hora de desarrollar y aplicar la iniciativa "Por tu salud, muévete", las organizaciones, copropiedades y empresas deben considerar específicamente las necesidades de sus miembros de equipos de trabajo para de esa manera sumar a una conciencia de bienestar y salud.